En la actualidad no se cuenta con tratamientos farmacológicos efectivos para la etiología de las demencias, y el tratamiento de las mismas es sintomático.
La aparición de síntomas neuropsiquiátricos (conductuales) en este tipo de patologías lleva a la mayoría de los profesionales al uso de psicofarmacos, a pesar de saberse las limitaciones de su acción y los efectos adversos que dicha intervención, en pacientes generalmente polimedicados, acarrea.
Tratamiento no farmacológico de los trastornos conductuales en pacientes con demencia
Los síntomas conductuales asociados con el diagnóstico de demencia tienen causas clínicas, sistémicas, psicosociales y de salud mental. Dada su compleja etiología, su tratamiento también resulta complejo. En primer lugar debemos descartar la existencia de afecciones tratables como as infecciones urinarias u otro tipo de afección orgánica que uedan ser el origen de los disturbios de conducta. a consideración de factores etiológicos relacionados con el ambiente y el personal indica la utilidad de la aplicación de intervenciones no farmacológicas. (Cohen-Mansfield J, Jensen B)
Los diversos programas de intervención no farmacológica buscan, como principal objetivo, mejorar la calidad de vida de los pacientes con demencia y de sus cuidadores, evitando los efectos adversos farmacológicos tanto a corto como a largo plazo.
Cummings (2003) señala la importancia del medio ambiente en el que se desenvuelven los pacientes con Demencias en la aparición de síntomas conductuales.
Por tal motivo, Residencia Manantial es una Institución especialmente diseñada pensando en las necesidades de un paciente con este tipo de patologías. Sabemos que muchos factores del medio ambiente son adaptables y por eso Residencia Manantial tiene características únicas en este sentido. Con espacios para la libre movilización y deambular de los pacientes, sin barreras arquitectónicas, facilitando y favoreciendo los espacios atractivos y con posibilidades de alentar al desarrollo de diferentes actividades, disimulando aquellos lugares a los que el paciente no debería acceder de manera tal que el mismo no viva negativas permanentes por parte de sus cuidadores.
Nos parece fundamental respetar la individualidad. Poder conocer la historia de cada uno de nuestros pacientes, armar junto a sus familiares, cuando el estadio de la enfermedad aún lo permite, la vitrina indicadora de su espacio con los objetos que al paciente le evocan recuerdos emotivos, aquellos que no se pierden sino hasta las etapas más avanzadas de la enfermedad.
Sabemos, además, y lo comprobamos día a día que, si bien existen serias dificultades en el aprendizaje o en la memoria reciente, los pacientes con demencia son capaces de generar nuevos vínculos afectivos y de sociabilizar siendo esto uno de los beneficios de estar en un ambiente Institucional.
En líneas generales la mayoría de los profesionales gerontólogos y geriatras presentan una actitud positiva frente al uso de medidas no farmacológicas en el tratamiento de los trastornos conductuales de pacientes con demencias. Sin embargo esta actitud no es suficiente para asegurar la implementación de las misma. La escasa familiarización de los profesionales con las estrategias no farmacológicas, la exigencia de los familiares cuidadores, las barreras arquitectónicas tanto en el domicilio del paciente como en algunas instituciones hacen que, mayoritariamente, se utilice una combinación de psicofármacos y medidas no farmacológicas, a pesar de que los ú ltimos estudios igualan los resultados de ambas medidas y aseguran un menor costo y la ausencia de efectos secundarios para las no farmacológicas. (JAMDA) 9(7):491-498, Sep 2008)
En los últimos años varios trabajos científicos intentan demostrar la eficacia de las medidas no farmacológicas para el manejo de estos síntomas. Entre las que muestran mejor evidencia se encuentra el uso de música, ejercicios, actividad, modificaciones ambientales, y apoyo y educación a cuidadores (Gitlin, 2012; IPA, 2010). Además diversos estudios sobre abordaje no farmacológico en demencias han concluido que cuando las intervenciones son diseñadas y adaptadas en torno a los intereses y habilidades de cada persona, tienen mejores resultados (Ayalon et al, 2006; Cohen-Mansfield, 2004; Douglas et al, 2004; Gitlin et al, 2009; IPA, 2010).
Dra. Sonia Hanine
Dr. David Achaval
www.manantialghumano.com.ar
